AUTORIDAD ESPIRITUAL II
Esta es la segunda entrega de Autoridad Espiritual, se
que algunos no estarán de acuerdo con porciones de este artículo, y estoy
dispuesto a escuchar opiniones y posturas teológicas, animo a hacerlo con
mesura, prudencia, sabiduría y respeto. Dar honra a los demás es una virtud que
todo cristiano debe practicar. ¡Disfruta de este estudio!
EL SEGUNDO PODER
El Hombre es el segundo poder. El más grande atributo de
Dios para el hombre fue libre voluntad, es decir, Dios entregó el PODER de
decisión al ser humano. De esta manera, Dios dio la más grande tarea al hombre,
proclamar la salvación del ser humano a través de Jesucristo.
El hombre fue diseñado a perfección, entregándole PODER
(voluntad) y AUTORIDAD para desenvolverse en la naturaleza que le fue
entregada. El hombre al ser a la imagen de Dios, no solo tiene voluntad, sino
autoridad.
Siendo el hombre un ser tripartito, es formado espíritu,
alma y cuerpo (1Tes 5.23), de tal forma que en cada área se desarrolla un
trabajo específico.
Dios creó en el espíritu del hombre:
La conciencia (Rom 2.13-15),
La comunión (Pro 3.32)
La intuición (Éxo 3.6).
LA CONCIENCIA es la facultad común a todos los hombres
(Rom 2.13–15) que nos permite discernir entre el bien y el mal y nos impulsa a
escoger entre los dos. Tanto la naturaleza como la Biblia enseñan que la
conciencia opera en todo nuestro ser en relación con los problemas de carácter
moral.
La conciencia es uno de los aspectos de nuestra semejanza
a Dios y prueba que somos responsables ante el tribunal del Creador.
En cierto sentido la voz de la conciencia pura refleja la
voluntad de Dios y nuestro deber es obedecerla. No obstante, el pecado influye
adversamente en la conciencia y cuando esta se corrompe, va perdiendo su sensibilidad
moral.
Como todos sufrimos las consecuencias del pecado
original, ya no se puede identificar la voz de la conciencia con la de Dios. Al
hombre depravado, los malos deseos le tergiversan y pervierten el juicio. La
conciencia de Saulo, por ejemplo, le impulsaba a perseguir a los cristianos
(Hec 26.9). Su pecado consistía en no aprovechar los medios a su alcance para
enmendar e iluminar su conciencia.
LA COMUNIÓN este termino aparece dos veces en el Antiguo
Testamento (Sal 25.14; Pro 3.32), es una traducción del vocablo hebreo sod
(amistad o conocimiento íntimo).
Sal 25.14 Se refiere a la relación con Dios y en Pro 3.32
a «los justos».
En el Nuevo Testamento aparece varias veces y es siempre
traducción de la voz griega koinonéa (tener en común, participación,
compañerismo).
La INTUICIÓN este termino se deriva de la palabra hebrea
nabat se usa comúnmente con la connotación física de «mirar» (Éxo 3.6), el
vocablo se usa a menudo en un sentido figurado para indicar una percepción
espiritual e interna, o INTUICIÓN.
Este verbo aparece más de 165 veces y se refiere al
proceso de la inteligencia, de percibir, discernir y entender, que poseen todos
los seres humanos en mayor o menor medida.
Dios le dice a Jeremías:
Jer 33.3
Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas
grandes y ocultas que tú no conoces.
Podríamos llamar a esto LA GUERRA DE LA FE. Dios prometió
a Jeremías que, si le llamaba, no sólo le contestaría, sino que le revelaría
«cosas grandes y ocultas», que no podrían conocerse de otra manera.
La palabra «ocultas», del hebreo batsar, se traduciría
mejor como: «aislado» o «inaccesible». Se sugiere que Dios daría a Jeremías
«intuición reveladora», al revelar cosas que de otra manera permanecerían
aisladas o inaccesibles. También lo pidió Pablo para la iglesia de Efeso.
Efe 1.17
Para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de
gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él.
Tal «intuición reveladora» siempre ha sido esencial para
el claro entendimiento de una victoriosa lucha espiritual. Uno no puede orar
efectivamente sin cierta intuición en cuanto a cómo orar, y tampoco sin saber
lo que Dios verdaderamente anhela que busquemos en la oración.
Es la intuición el órgano sensitivo del espíritu humano,
es tan diferente del sentido físico y anímico, y su sensibilidad directa es
independiente de cualquier influencia externa.
Este conocimiento nos llega sin ninguna ayuda del
pensamiento, la emoción o la voluntad. Sabemos por nuestra intuición, y nuestra
mente nos ayuda a comprender las revelaciones de Dios y todos los movimientos
del Espíritu Santo.
Todos creyente debe de tener en cuenta estos dos
elementos, la voz de la conciencia y la enseñanza de la intuición, que unido a
la comunión, nos ayudarán a tener un acercamiento continúo con la presencia
misma de Dios.
La relación entre la conciencia y la intuición es que la
conciencia juzga según la enseñanza de la intuición, y condena toda conducta
que no siga las directrices dadas por la intuición. La intuición esta
relacionada con la comunión o la adoración en que Dios se da a conocer por la
intuición y revela Su voluntad para que se dé la comunión.
Debemos entender que aunque todo ser humano posee estos
órganos en su espíritu, al no estar regenerados realizan su trabajo en forma
corrompida.
La comunión se desarrolla buscando el deleite de la carne
y busca la intimidad con espíritus malignos, busca la adoración a través de
música que no adora a Dios. La conciencia contaminada busca hacer lo malo y la
intuición no percibe los deseos de Dios.
El alma forma el segundo órgano del hombre. El alma es la
conciencia misma del hombre, es la sede de nuestra personalidad, aquí se
encuentran los elementos que nos hacen personas. El intelecto, el amor, la
emoción, el discernimiento, la capacidad de elegir, son diferentes experiencias
que se viven en el alma.
El espíritu y el cuerpo están fusionados en el alma, y
cada uno desarrolla su función de acuerdo a la perfección con que Dios nos
formó. Podemos entender el alma como el almacén de todas las cosas que
recibimos por medio de nuestros sentidos, y van formando o educando nuestra
personalidad.
Nuestra personalidad esta siendo formada por lo que
recibimos del medio ambiente. Por ejemplo, podemos reír cuando vemos, oímos o
decimos algo que nos genera la riza. Las tres áreas que contiene el alma son:
Voluntad, intelecto y emociones.
La voluntad es el instrumento de decisión y nos permite
manifestar nuestra elección en todo momento. A través de la voluntad expresamos
nuestro sí o nuestro no. Es la voluntad el órgano que nos permite ser personas
libres para decidir sobre nuestra propia vida, somos arquitectos de nuestra
vida a través de nuestra voluntad.
En este sentido, cada uno de nosotros, como personas
autónomas en nuestras decisiones “fabricamos” nuestro destino de acuerdo a lo
que nuestro intelecto nos ayuda a definir, como lo que más deseamos, anhelamos
o queremos. La voluntad puede ser influenciada por aspectos externos, pero
somos libres para decidir lo mejor para nosotros.
El intelecto o nuestra mente, es el instrumento de
nuestros pensamientos, es donde se genera nuestra capacidad creativa y el
razonamiento. La ausencia del intelecto, hace a una persona inepta o tonta. El
intelecto es la expresión creativa que se expresa hacia los otros órganos del
alma.
A través del intelecto, cada persona se desarrolla en el
mundo. La Biblia habla de la historia de los talentos, diciendo:
Mat 25.14-15
Porque el reino de los cielos es como un hombre que
yéndose lejos, llamó a sus siervos y les entregó sus bienes. A uno dio cinco
talentos, y a otro dos, y a otro uno, a cada uno conforme a su capacidad; y
luego se fue lejos.
El amo entregó los talentos a cada persona para que los
trabajara, conforme a la capacidad de cada uno. Cada persona es responsable del
buen uso que le dé a su capacidad de intelecto. Sin embargo debemos de entender
que cada persona tiene su propia porción de intelecto o en su caso, algunas
personas deciden desarrollar su intelecto más que otros.
Es en esta área donde aprovechamos para hacer las cosas
de excelencia para la gloria de Dios.
Col 3.4
Como hijos de un Dios excelente, debemos de esforzarnos
para desarrollar cada trabajo en una forma digna de nuestro amante Dios, para
que: vosotros también seréis manifestados con él en gloria.
Dios desea que sus hijos manifiesten su gloria a toda
persona alrededor del mundo.
Mat 28.18-19
Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me
es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas
las naciones. Dios nos envía, pero también nos promete: y he aquí yo estoy con
vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.
Esta verdad fue hecha una realidad, y la Biblia
testifica:
Mar 16.20
Y ellos, saliendo, predicaron en todas partes,
ayudándoles el Señor y confirmando la palabra con las señales que la seguían.
Dios mismo estuvo en cada momento con la iglesia
primitiva, confirmando la palabra con las señales que seguían manifestando su
presencia.
LAS EMOCIONES Es la parte que nos hace seres sociables se
expresan como la capacidad de sonreír o enojarse, de mostrar amor o ira. La
escasez de emociones hará de una persona una piedra, insensible a lo que le
rodea.
Finalmente, la tercer área del hombre es el cuerpo, o la
carne. La palabra carne es basar en hebreo y sarx en griego. Es usada
frecuentemente en la Biblia y de diversas maneras. El sentido más
significativo, observado y aclarado en los escritos de Pablo, es la persona no
regenerada.
Hablando de su viejo “YO”, el Apóstol Pablo lo declara en
Romanos.
Rom 7.18
Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien;
porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo.
No simplemente es carnal su naturaleza o una parte de su
ser. Todo el ser de Pablo es carnal.
En el principio, el hombre fue hecho espíritu, alma y
cuerpo. El espíritu liga a la criatura con su creador, el alma almacena la
personalidad y el cuerpo lo exterioriza. El alma debe decidir si tiene que
obedecer al espíritu y por consiguiente, estar unido a la voluntad de Dios, o
si tiene que obedecer a la carne y a todas las tentaciones del mundo material.
En la caída del hombre, el alma se opuso a la autoridad
del espíritu y quedó esclavizada al cuerpo y sus pasiones. De este modo el
hombre se convirtió en un hombre carnal, no en un hombre espiritual.
El espíritu del hombre fue despojado de su noble posición
y fue rebajado a la de un prisionero. Puesto que ahora el alma esta bajo el
poder de la carne, la Biblia considera que el hombre es carnal. Actitudes,
sentimientos, pervertidos son el producto del hombre carnal.
Las tres áreas del hombre espíritu, alma y cuerpo, se
relacionan entre sí para dar como resultado seres humanos con capacidades muy
personales, de tal forma que cada uno es diferente a las otras personas, es por
lo que Pablo aconseja que nos soportemos y nos sobrellevemos los unos a otros.
El HOMBRE es el segundo poder.
El más grande atributo de Dios para el hombre fue libre
voluntad, es decir, Dios entregó el PODER de decisión al ser humano.
El hombre siendo un ser tripartito, fue diseñado a
perfección, entregándole PODER (voluntad) y AUTORIDAD para desenvolverse en la
naturaleza que le fue entregada. El hombre al ser a la imagen de Dios, no sólo
tiene voluntad, sino autoridad. Es aquí donde esta el segundo poder, en la voluntad
del hombre.
Debido a su rebelión, Dios le retiró toda autoridad
(poder) al diablo, y sólo le dejó su voluntad. Por esto para desarrollar sus
propósitos, el diablo tiene que trabajar con un poder prestado o robado. Los
dos únicos poderes que el diablo puede usar, es el de Dios y el del hombre. Por
supuesto, él no puede quitarle, ni robarle el poder a Dios, así que lo intenta
con el hombre.
Exactamente esto sucedió en el Huerto del Edén, Satanás
deseaba destruir la perfección de Dios, para lograrlo fue necesario quitarle el
PODER al hombre y así desarrollar sus propósitos destructivos. Satanás siempre
ha deseado destruir todo lo que Dios crea:
Jer 50.11
Porque os alegrasteis, porque os gozasteis destruyendo mi
heredad, porque os llenasteis como novilla sobre la hierba, y relinchasteis
como caballos.
Y para lograr destruir la heredad de Dios siempre
intentará usar la palabra de Dios en contra de los hijos de Dios.
La Biblia dice:
2Ped 2.19
Porque el que es vencido por alguno es hecho esclavo del
que lo venció.
El enemigo usó esta verdad en contra de Adán. La
serpiente fue usada por el diablo para provocar la caída de Eva, y ella a su
vez provocar la caída de Adán, convirtiéndolo en esclavo con todas sus
generaciones.
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